Los datos ocultos que perfilan VIA Empresa
VIA Empresa, decíamos hace unos años en una ocasión similar, no es un medio, sino una conversación. Lo continúa siendo. Es la conversación sobre empresa, emprendeduría y economía en positivo.
Es una conversación a través de la pantalla, tan extraña pero tan comuna ahora como todas las conversaciones analógicas que por culpa del confinamiento hemos pasado al entorno digital. En plena pandemia, los medios-conversación conviven con los encuentros en Zoom, Jitsi, Teams o el ya veterano Skype, o el sofá conversación virtual de Mortensen. Pero tienen en común, todas estos conversaciones, que no son no-lugares. En efecto: VIA Empresa no es uno no-lugar como lo puede ser el vestíbulo de un aeropuerto o la calle principal de la mayor parte de capitales europeas, pobladas de los mismos colores de las mismas marcas. El no-lugar digital es aquella presencia de las mismas noticias, con el mismo tratamiento, y con las mismas imágenes. En la geografía digital, un no-lugar no lo tiene fácil para ser conversación, porque es tan conocido y tan común que no puede dejar de ser demasiado público. Internet tiene otros rincones donde aquello específico mantiene un peso, y esta singularidad les proporciona un peso propio en la selva de desinformación y sobreinformación a través de las pantallas. Y del peso al conocimiento, y del conocimiento a la conversación. Porque esto de hablar con desconocidos no ha sido nunca buena idea, y tampoco en digital.
Es una conversación a través de la pantalla, tan extraña pero tan comuna ahora como todas las conversaciones analógicas que por culpa del confinamiento hemos pasado al entorno digital. En plena pandemia, los medios-conversación conviven con los encuentros en Zoom, Jitsi, Teams o el ya veterano Skype, o el sofá conversación virtual de Mortensen. Pero tienen en común, todas estos conversaciones, que no son no-lugares. En efecto: VIA Empresa no es uno no-lugar como lo puede ser el vestíbulo de un aeropuerto o la calle principal de la mayor parte de capitales europeas, pobladas de los mismos colores de las mismas marcas. El no-lugar digital es aquella presencia de las mismas noticias, con el mismo tratamiento, y con las mismas imágenes. En la geografía digital, un no-lugar no lo tiene fácil para ser conversación, porque es tan conocido y tan común que no puede dejar de ser demasiado público. Internet tiene otros rincones donde aquello específico mantiene un peso, y esta singularidad les proporciona un peso propio en la selva de desinformación y sobreinformación a través de las pantallas. Y del peso al conocimiento, y del conocimiento a la conversación. Porque esto de hablar con desconocidos no ha sido nunca buena idea, y tampoco en digital.
Marc Argemí
Socio fundador- CEO